Monti, Rajoy y el rescate

Publicado el 3 de agosto de 2012

A la vista de lo ocurrido en los últimos 10 días, no debo ser el único que empieza a tener la certeza de que España será rescatada e Italia se librará por los pelos. A día de hoy da toda la sensación de que España tendrá que pedir el rescate y, en ese momento, cuando los mercados empiecen a especular contra Italia, el BCE considerará que el euro está en peligro y se decidirá por fin a intervenir, diga lo que diga el gobierno alemán, que para entonces ya se habrá cobrado una pieza mayor y podrá presentarse a la reelección con el crédito de su ortodoxia redoblado.



Las razones para este resultado que hace unos meses se antojaba imposible, serán fundamentalmente políticas. Zapatero y Berlusconi han sido sustituidos por Rajoy y Monti, y con el cambio Italia ha salido políticamente mucho más reforzada. En un principio, nadie podría haberlo imaginado porque Rajoy era un político profesional, con una larga carrera a sus espaldas y Monti era sólo un tecnócrata, o eso decían los medios de comunicación.

Sin embargo, los errores políticos de Rajoy durante estos meses se cuentan por aciertos en el caso de Monti. En particular, Rajoy ha cometido tres fallos cruciales. Primero, él y sus barones (con Cospedal a la cabeza) se dedicaron a propagar una falsa imagen de quiebra autonómica que aún no estaba en la agenda europea. Al hablar de cajones llenos de facturas impagadas lograron asustar a los acreedores de las CCAA y al final la falsa profecía se ha terminado cumpliendo porque ninguna entidad ha querido refinanciarles unas deudas con las que en un contexto más tranquilo no habrían tenido mayor problema.



En tercer lugar, Rajoy no ha sabido generarse aliados: al fallar a Merkel en primera instancia, sólo le quedó recurrir a un Hollande con el que no tienen nada que ver (y con quien no tiene esa sintonía personal que existía entre Sarkozy y Zapatero y que salvó a España en más de una ocasión en la UE).



La realidad es que Rajoy se ha visto completamente superado por los acontecimientos y su provincianismo nos va a costar un rescate y una intervención en toda regla. Jugó en clave nacional al anteponer sus intereses electorales en Andalucía y Asturias a la aprobación de los presupuestos de 2012. Y jugó en clave nacional al gotear sucesivos decretos de reforma financiera y dejando crecer la crisis de Bankia por sus problemas personales con Rato. Pero es que esta crisis se juega en el terreno europeo. La “virtudes políticas” de Rajoy se resumen en una modesta carrera profesional (licenciado en derecho, opositor y registrador de la propiedad) y una larga carrera institucional (presidente de diputación, parlamentario, cuatro veces ministro, vicepresidente y ahora presidente). Pero ese currículum no tiene nada que hacer ante las “capacidades técnicas” de Monti (licenciado por Bocconi y doctor por Yale, profesor de economía y rector, Comisario Europeo de Mercado Interior y luego de Competencia, experto en temas europeos y con amplio dominio del francés, el inglés y un modesto alemán).



Son esas capacidades las que le han permitido a Monti olvidarse del ciclo electoral italiano, y las que le han capacitado para trabajarse a fondo las relaciones personales entre los líderes europeos con un sello de credibilidad del que España ha carecido. Su experiencia internacional también le ha servido para seducir a los servicios de la Comisión europea de quien dependen las proyecciones y las recomendaciones sobre la economía italiana, y para tratar con el BCE y los inversores que compran deuda italiana a un nivel técnico del que carecen el resto de mandatarios europeos.



En realidad, el Monti técnico es el mejor político que Italia podía necesitar en estos momentos. Si a esto le añadimos que aquel país no se metió en la burbuja milagrosa que el PP alimentó mientras Rajoy era vicepresidente de Aznar, se entiende fácilmente por qué Italia está mucho más cerca que España de cumplir con sus compromisos de déficit público (2% frente al 6% nuestro) y por qué nosotros podríamos terminar el verano con un rescate total, mientras la Italia fundadora de la UE esquiva el golpe en el último minuto.