El BCE, la prima y el riesgo Rajoy

Publicado el 10 de septiembre de 2012

Parece que esta vez el BCE de Mario Dragui ha aprendido de los errores pasados y ha puesto en marcha un nuevo programa de compra de deuda pública (OMT-Outright Monetary Transactions) que está logrando disipar las dudas de los mercados sobre la continuidad del euro y ha rebajado de un plumazo las primas de riesgo de España e Italia. Este programa tiene un diseño más inteligente que el anterior programa impulsado por Trichet (SMP-Securities Market Program), y que estuvo operativo entre mediados de 2010 y finales de 2011. Y desde luego, es considerablemente mejor que la ausencia total de intervención en los mercados de deuda que hemos sufrido durante la primera mitad de 2012. Las características más importantes de este nuevo programa son las siguientes. Se trata de:

  

• Un programa ilimitado: a diferencia del anterior programa, no hay límites a la cuantía ni a la duración del mismo. El SMP de Trichet compró unos 210 mil millones de bonos de países periféricos durante el tiempo que estuvo en vigor, mientras que el nuevo paquete de Dragui no establecerá fronteras claras en relación con el tiempo que está dispuesto a comprar deuda ni las cantidades de dinero que imprimirá para adquirirla. Para colmo, ofrecerá información pública a posteriori de sus actuaciones, en un nuevo gesto de transparencia desconocido hasta ahora. Esta es la forma de pasar de las palabras a los hechos, y de demostrar que el BCE “hará todo lo necesario para salvar al euro”, como anunció Dragui el pasado mes de Julio.

 

 • Un programa para financiarse a corto plazo: bajo el nuevo programa, el BCE comprará títulos de deuda a corto plazo (máximo a tres años), frente al mecanismo anterior que compraba títulos a 10 anos. De esta forma, el BCE aliviará la presi’on inmediata sobre la liquidez de los Estados pero seguirá dejando que los inversores manifiesten su juicio sobre la solvencia de los mismos en los mercados de deuda a largo plazo.

  

• Un programa condicionado y reversible: finalmente, el BCE ha condicionado su intervención a que los Estados soliciten formalmente la ayuda, acepten un nuevo pliego de condiciones y permitan la vigilancia de la Comisión Europea y el FMI. Se trata de que España y quizá Italia soliciten un nuevo formato de rescate parcial (distinto del rescate total aplicado a Grecia, Irlanda y Portugal). Esta es la forma en que Dragui intenta resolver el problema de “riesgo moral” que sufrió Trichet en primera persona, cuando nada más anunciar la puesta en marcha del SMP, Berlusconi dejó de lado todo el paquete de reformas y recortes que había anunciado.

 

 En este sentido, la tentación política de aflojar el ritmo de los ajustes, una vez que el BCE intervenga y la prima de riesgo caiga, puede ser muy grande para Rajoy. De hecho, el mismo día que Dragui anunciaba su nuevo programa, Rajoy respondía en rueda de prensa con Merkel que aun no tenía claro si pediría el rescate, a pesar de que los mercados y el BCE lo vienen dando por hecho. El gobierno quizá confía en que con el anuncio de este nuevo programa, los mercados se relajen y pueda evitar el golpe electoral de tener que pedir el rescate justo antes de las elecciones gallegas y vascas. Rajoy ya demostró hace unos meses que le importaban más las elecciones andaluzas que el calendario impuesto por Bruselas para aprobar los Presupuestos Generales del Estado de2012, en un gesto que provocó la desconfianza generalizada del resto de los socios europeos hacia su gobierno. Así que, todos los que nos observan desde fuera temen que ocurra lo mismo ante una cita electoral tan importante para el PP. Por eso, Dragui ha intentado blindarse del posible “efecto Rajoy” que una relajación pre-electoral en España podría tener sobre la reputación del BCE y solo comprará títulos de deuda a 3 anos. Eso quiere decir que todos los títulos que el BCE compre en este último trimestre de 2012 vencerán justo cuando Rajoy se enfrente a las urnas a finales de 2015. Si Rajoy se la juega a Dragui ahora con las elecciones gallegas y vascas, no podrá esperar una nueva ayuda más adelante. Y desde luego, si en 2015 el déficit de España no está por debajo del 3% del PIB y Rajoy no ha cumplido las condiciones que se incluirán en el nuevo memorando de entendimiento del rescate (i.e: rebaja de las pensiones, de la protección por desempleo y/o del número de empleados públicos), el BCE podría abandonar a nuestro país definitivamente a su suerte. Veremos cómo se desarrollan los acontecimientos, pero lo mejor sería que Rajoy aclarase ya su estrategia y dejara de confundir a propios y a extraños.